El fin de la
guerra
En 1711 fallece
el emperador austriaco y el archiduque Carlos se convierte en su sucesor
produciéndose un nuevo giró en la balanza europea: el problema ahora es la
unión hispano-austriaca. Un año después, fallece el Delfín francés y Luis XIV
quiere nombrar regente a Felipe durante la minoría de edad de Luis XV. pero era
necesario que el Borbón renunciase a sus derechos dinásticos sobre Francia, y
lo hizo en noviembre de ese año. La paz estaba cerca pero quedaba un problema:
la presencia de la emperatriz en Barcelona y la resistencia catalana.
El 11 de
septiembre de 1714
Felipe V había anunciado que unificaría los fueros españoles, ante lo que se negaron los catalanes, fieles al archiduque. Pero el 11 de septiembre, abandonados a su suerte por sus aliados europeos, no pudieron resistir el último envite Borbón que ocupaba la ciudad, suprimía los fueros y reprimía a los sublevados con violencia.
La falacia de
1714
Así, el fin de la guerra no supuso acabar con una independencia de Cataluña que no se había dado jamás, sino el fin de un conflicto europeo gracias al establecimiento de un nuevo orden político. Lo demás es manipulación ideológica y sesgada de un suceso global.
(Fuente histórica)